La Historia del Pez CocodriloLos objetos sumergidos en el agua se presentan a la vista como menos profundo de lo que están debido a la refracción en la superficie del agua. La luz que entra o sale de la superficie del agua se dobla por la refracción. El índice de refracción para el agua es 4/3, lo que implica que la luz viaja a las 3/4 partes de la velocidad en que lo hace en el vacío. Esto puede sonar muy técnico, pero yo aprendí sobre la refracción de una manera no muy técnica: la de un niño que crece en una granja en Arkansas. Teníamos un pequeño lago en nuestra finca, y una de mis fantasías era abastecer ese lago con peces para jugar. Dificilmente podíamos coger cualquier cosa del lago. Así que cuando tenía unos 12 años y mi hermano más joven unos 10, tuvimos la idea de vaciar cubos con pequeños peces (róbalos) para abastecerse con ellos el lago. Después de echar un par de cubos con esas pequeñas robaletas, esperamos lo que estimamos que sería un plazo razonable, unas dos semanas, y nos acercamos a ver si podíamos coger cualquiera de esas robaletas. Fuimos decepcionados profundamente. Nunca volvimos a ver ninguno de esos peces. En nuestros viajes al lago, nos dimos cuenta de que en la mitad del día, algunos peces cocodrilo tenían la costumbre de pasar el rato en el agua cerca de la superficie. A veces podíamos ver hasta media docena de estos largos peces claramente cerca de la superficie del agua. En nuestra mente, era tentador culpar a los peces cocodrilos de nuestra falta de éxito en el abastecimiento de robaletas al lago. "¡Apuesto a que esos peces cocodrilos se han comido todos nuestras robaletas!". Sus largos hocicos y afilados dientes hicieron este escenario más atractivo. Entonces, ¿qué hacemoss? Después de haber decidido que los peces cocodrilos eran los villanos en esta historia, decidimos hacerles frente con todo nuestro arsenal, que en el Arkansas rural es considerable. Empezando con nuestros fusiles de caza de ardillas calibre 22, apuntamos a los peces cocodrilos. Pero no podíamos batirlos. Otra gran decepción. Creíamos que éramos buenos tiradores, ya que podíamos batir a las ardillas en los árboles a una distancia mucho mayor. Proseguimos con nuestros recursos hasta emplear nuestro rifle de caza 30-30, y pudimos hacer mas ruido y chapoteo, pero todavía no golpeamos al pez cocodrilo. Después de la pérdida de mucha munición, empezamos a pensar "Tal vez ellos no están donde lo parece." Por ensayo y error, encontramos que si se disparaba una cierta distancia por debajo de ellos, a veces se les golpeaba. ¡No, eso no es verdad, nunca le hicimos un agujero a un pez cocodrilo!. Pero encontramos un punto de mira fiable a una cierta distancia por debajo de ellos, y si nos ayudábamos de él, podíamos aturdir a los bribones y hacerlos flotar hasta la superficie. ¡Luego lo llevábamos con los remos hacia afuera y los golpeábamos con un palo! Así que acabamos con un número de peces cocodrilos, pero nunca cogimos ninguna de las robaletas que habíamos tirado. En mi mente se grabó una imagen imborrable de que las cosas en el agua están más profundas de lo que parecen ser. Pasaron varios años antes de oír la palabra "refracción" para poder explicármelo. Durante años he usado la historia de los peces cocodrilos en clase junto con el modelo de las tropas marchando para explicar el concepto de refracción. La historia se incluye aquí en honor a un estudiante a quien me encontré unos diez años después que tomara de mí un curso de introducción a la física. Me dijo: "Lo único que recuerdo de ese curso fue la historia del pez cocodrilo!"
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